Elegir los colores de la habitación infantil de un bebé puede ser complicado. Con la esperanza de escapar de las opciones estándar rosa o azul, muchos padres se lanzan al mundo del color armados con poco más que un capricho y una plegaria. Al fin y al cabo, la selección de colores no es exactamente una ciencia, ¿verdad?
En realidad, sí lo es. Sólo hay que preguntar al ejército de ejecutivos de marketing que han invertido millones en la investigación.
Los estudios psicológicos, realizados por primera vez por empresas de publicidad en los años 90, sugieren que los colores pueden influir en el estado de ánimo y el comportamiento, estimular el cerebro y el cuerpo, e incluso afectar a la salud de su pequeño. Los expertos en marketing llevan décadas utilizando estos hallazgos en su beneficio. La decoración de su gimnasio, de su spa de día e incluso de su hamburguesería favorita se han diseñado especialmente para afectar a todo, desde su actitud hasta su apetito. Pero la psicología del color puede utilizarse para afectar a algo más que a su cartera. Los estudios científicos también han descubierto que la exposición a ciertos colores puede mejorar los hábitos de sueño, aumentar la capacidad de memoria e incluso mejorar el rendimiento académico, excelentes beneficios para las mentes y los cuerpos en crecimiento.
Tanto si está planeando una habitación infantil como si está dando a la habitación de su hijo adolescente una muy necesaria actualización, su diseño puede beneficiarse de una pequeña intervención psicológica. Antes de abrir esa lata de pintura, debería tomarse un minuto para considerar los efectos psicológicos de su elección de color.
Psicología del color 101
Los distintos colores pueden tener efectos diferentes sobre la mente y el cuerpo. ¿Se pregunta qué puede hacer por usted su tono favorito? He aquí un rápido desglose de los posibles beneficios e inconvenientes de cada familia de colores.
Colores cálidos
En general, los colores cálidos provocan felicidad y confort, creando intimidad al hacer que los espacios grandes y abiertos se sientan un poco más acogedores. Los tonos atrevidos del rojo, el naranja y el amarillo pueden estimular la mente y tener un efecto energizante sobre el cuerpo. Si bien esto es beneficioso para el crecimiento y el desarrollo, no es una gran ventaja cuando se trata del enfrentamiento nocturno a la hora de acostarse con el típico niño pequeño demasiado enérgico. Por lo tanto, es mejor utilizar los colores cálidos con moderación.
En lugar de pintar toda una habitación de un rojo intenso o un amarillo brillante, pruebe a pintar una sola pared de acento y a combinarla con algunos accesorios a juego. También puede considerar la posibilidad de emparejar colores cálidos con tonos más fríos para crear una sensación de equilibrio y atemperar cualquier efecto negativo.
Rojo
Rico y altamente emotivo, el rojo excita y da energía al cuerpo, aumentando el ritmo cardiaco, la presión sanguínea y la respiración.
¿Tiene un pequeño atleta entre manos? Algunos estudios sugieren que los efectos físicos asociados al color rojo aumentan la capacidad atlética. Sin embargo, el rojo también se asocia con un aumento de la agresividad, incapacidad para concentrarse e incluso dolores de cabeza.
Rosa
Amado universalmente por las niñas, el rosa evoca empatía y feminidad y crea una atmósfera tranquilizadora. Sin embargo, a pesar de su efecto calmante inicial, el rosa puede resultar irritante con el tiempo. Aunque puede que a su hija le encante este tono rosado ahora, debe estar preparada para que lo rechace en el futuro.
Amarillo
Brillante y alegre, el amarillo se asocia con la felicidad y la motivación. Los amarillos suaves y sutiles favorecen la concentración, mientras que los tonos más brillantes pueden estimular la memoria e incluso, según algunos, aumentar el metabolismo. Sin embargo, un exceso de amarillo puede evocar sentimientos de ira y frustración, dando lugar a bebés quisquillosos y sobreestimulados.
Naranja
Amistoso y acogedor, el naranja toma prestados muchos de los atributos positivos de sus padres. El naranja tiene una naturaleza marcadamente social, inspira la comunicación interpersonal y pone a la gente a gusto. Al igual que el amarillo, un exceso de naranja puede resultar demasiado estimulante, así que utilice los tonos atrevidos con moderación.
Colores fríos
Los colores fríos tienen un efecto calmante sobre el cuerpo y pueden hacer que la habitación de su hijo parezca espaciosa y relajante: piense en cielos abiertos y olas ondulantes. Sin embargo, los colores fríos y oscuros pueden evocar todo el pesimismo de una tormenta inminente y deben utilizarse con moderación.
A pesar de su naturaleza tranquilizadora, los colores fríos no son especialmente acogedores y pueden hacer que la gente se sienta fría y reservada si el ambiente es demasiado austero. Para suavizar el efecto, combine los colores fríos con neutros cremosos y vista su espacio con telas suaves y accesorios cómodos.
Azul
El opuesto exacto del rojo en la rueda de colores, el azul calma la mente y el cuerpo, bajando la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la respiración y disminuyendo los sentimientos de ansiedad y agresividad. Los niños que tienen problemas para dormir o son propensos a las rabietas y otros problemas de comportamiento pueden beneficiarse de pasar tiempo en un ambiente azul. Los efectos físicos del azul también enfrían el cuerpo, creando un oasis refrescante en lugares cálidos y húmedos.
Morado
Asociado con la sabiduría y la espiritualidad, el púrpura combina la estabilidad del azul y la energía del rojo, adoptando las características de uno u otro, según la tonalidad. El púrpura también puede tener un aire lujoso y se asocia con la riqueza y la realeza.
Verde
El verde simboliza la naturaleza y, por tanto, favorece un entorno sereno y tranquilizador. Asociado con la salud, la curación y el bienestar, el verde tiene un efecto calmante sobre el cuerpo y la mente, reduciendo la ansiedad y favoreciendo la concentración. La exposición al color verde puede incluso aumentar la capacidad de lectura. Un estudio descubrió que colocando una hoja verde transparente sobre el texto, los estudiantes podían mejorar su velocidad de lectura y su comprensión.
Confíe en sus instintos
Aunque la ciencia puede hacer generalizaciones útiles, debe recordar que las respuestas psicológicas son profundamente personales. Puede que sienta algo diferente por un color en función de sus propias preferencias culturales y personales, y eso está bien. Si a su pequeño le encanta el color rojo, no se preocupe por los aspectos negativos. El cerebro está diseñado para identificar lo que necesita y le gusta y nos recompensará por seguir esa dirección. En otras palabras, si su bebé es feliz, su cerebro también lo será.